El físico Paul Davies, conocido autor de libros de divulgación científica (ver Aceprensa 90/95), señala en The New York Times (24 noviembre 2007) que ciencia y fe se encuentran más cerca de lo que muchos científicos suponen.
Davies comienza su artículo recordando las ideas comúnmente admitidas sobre la relación entre ciencia y religión. La ciencia, nos dicen continuamente, es la forma más fiable de conocimiento que tenemos sobre el mundo, porque se basa en hipótesis contrastables. En cambio, la religión se basa en la fe. () En ciencia, un sano escepticismo es una necesidad profesional, mientras que en religión, creer sin tener evidencia se considera virtud.
Pero la separación entre ciencia y fe no es tan neta, pues la ciencia tiene su propio sistema de creencias basado en la fe. Toda ciencia descansa en el supuesto de que la naturaleza tiene un orden racional e inteligible. Uno no podría ser un científico si creyera que el universo es un revoltijo de cosas yuxtapuestas al azar. Cuando los físicos sondean un nivel más profundo de la estructura subatómica, o los astrónomos amplían el alcance de sus instrumentos, esperan volver a encontrar un elegante orden matemático. Y hasta ahora esta fe ha mostrado estar justificada...

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